miércoles, 6 de mayo de 2020

Hoy todo el mundo quiere ser Dinamarca



*A pesar del desdén del tirano bolchevique hacia las alternativas que combinaban socialismo y capitalismo, es decir, que no destruían totalmente la propiedad privada, han sido esas alternativas las que han preponderado, y el pensamiento político mayoritario en el mundo no es hoy el de la revolución socialista, y tampoco, por supuesto, el liberal, sino un híbrido que recuerda mucho más a John Stuart Mill que a Karl Marx. Esto tiene bastante lógica. Hay que ser muy fanático para defender el supuesto paraíso comunista después de los cien años que lleva su letal combinación de arrasadora pobreza económica y brutal violencia política. En cambio, la mayoría sentencia a derecha e izquierda que lo bueno, lo noble, lo justo, lo avanzado, es que el Estado viole la propiedad privada pero no del todo, con lo que estamos en otro supuesto paraíso, aparentemente alcanzable, o al menos no tan groseramente falso como el comunista. Es el paraíso de nuestro tiempo, no el de Lenin sino el de Rawls, que preserva la potencia del mercado a la hora de crear riqueza, y la combina con la generosidad y la justicia de la redistribución a cargo de las autoridades, salvaguardando a la vez la libertad y la democracia. Eso explica que así como hubo un tiempo cuando desde las tribunas comunistas se nos pregonaba que los espejos en los que debíamos contemplarnos eran Rusia, China o Cuba, hoy todo el mundo, comunista o no comunista, quiere ser… Dinamarca.
*Carlos Rodriguez Braun  

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