lunes, 9 de marzo de 2020

Para reducir el peligro de la tiranía de la mayoría se introdujo la división de poderes y el mecanismo de equilibrios

Padres Fundadores de Estados Unidos


“El inconveniente más extendido de la democracia, escribía lord Acton, en 1878, es la tiranía de la mayoría”. A continuación describe una forma de tiranía, que supone una amenaza sólo para la democracia, en la que los derechos de las minorías son pisoteados por la mayoría, que actúa con la convicción de que realizar la “voluntad del pueblo” está legitimado por el proceso democrático. Esta inquietud la compartían no sólo diversos teóricos políticos, de Edmund Burke a Alexis de Tocqueville y John Stuart Mill, sino también los Padres Fundadores de Estados Unidos. Un angustiado Thomas Jefferson vinculaba la democracia a la ley de la calle, en la que “el cincuenta y uno por ciento puede arrebatar sus derechos al otro cuarenta y nueve por ciento”; mientras que John Adams, que sería el segundo presidente, expresó por escrito en 1787 su alarma ante la idea de que todas las ramas del gobierno quedaran bajo el control de la mayoría: “En primer lugar se abolirían las deudas; se impondrían impuestos altos a los ricos, y nada a los demás; y al final se exigiría y votaría un reparto igualitario y absoluto de todo”. En 1833, el cuarto presidente, James Madison, escribía críticamente sobre “la denuncia generalizada de los gobiernos de la mayoría como los gobiernos más tiránicos e intolerables” pero, precisamente para reducir el peligro de esa tiranía, introdujo la división de poderes y el complejo mecanismo de equilibro de los mismos que ocupan un lugar tan destacado en la Constitución de Estados Unidos, de los cuales es uno de los principales responsables.

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