sábado, 21 de marzo de 2020

Las mujeres también ejercen mando en las organizaciones criminales


Un estudio realizado por el Observatorio Colombiano de Crimen Organizado de la fundación InSight Crime y la Universidad del Rosario ha derribado los mitos sobre el papel de la mujer en el mundo criminal. El informe “Mujeres y crimen organizado en América Latina: más que víctimas o victimarias", establece que muchas de ellas se introducen en esas estructuras por razones como la pobreza y la miseria, que en algunos casos las empujan a los brazos de la criminalidad.

"Las mujeres pueden ser violentas en el ejercicio de su actividad criminal, sin suponer que son más o menos violentas. Las mujeres ocupan un espectro de roles muy complejo en distintas economías ilegales, lo cual permite desmentir esta idea de ellas como participantes subordinadas y pasivas", explica Arlene Tickner, profesora de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosarios y codirectora del Observatorio Colombiano de Crimen Organizado, y encargada de dirigir la investigación. "El crimen organizado tradicionalmente se entiende como un actividad de hombres, con lo cual solemos olvidarnos de que también hay una participación de las mujeres importante que no se analiza”.


Las mujeres están presenten en las tres principales economías criminales que se desarrollan en América Latina, el narcotráfico, la trata de personas y el tráfico de migrantes. En el negocio de trata de personas, ellas son "reclutadoras" y "líderes de red", es decir que ejercen mando en esas organizaciones.

El estudio cita algunos ejemplos de mujeres vinculadas al crimen organizado como Griselda Blanco "la viuda negra" narcotraficante colombiana que antecedió a Pablo Escobar; o la mexicana Yesenia Pacheco, jefa de un grupo sicarial llamado "Las hienas".

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