martes, 31 de marzo de 2020

Estornudar



Diane Ackerman, naturalista, que fue responsable de una serie de televisión en la cadena PBS de cinco horas sobre una Historia Natural de los Sentidos cuenta que pocos placeres hay tan plenos como el simple placer campesino de estornudar. Todo el cuerpo se sacude en un deleite orgásmico. Pero sólo los seres humanos estornudan con la boca abierta. Perros, gatos, caballos y la mayoría de los demás animales se limitan a estornudar por la nariz, con un paso de aire que tuerce ligeramente en el cuello. Sin embargo los humanos resoplan y tiemblan en un cosquilleo anticipatorio, inhalan una gran bocanada de aire, contraen las costillas y el estómago como un fuelle, y disparan con violencia el aire por la nariz, donde se detiene súbitamente, explota y a veces salpica desagradablemente por la nariz y la boca al mismo tiempo. Esto no importaría demasiado si los pulmones exhalaran suavemente el aire durante el estornudo. Pero los investigadores de la Universidad de Rochester han descubierto que un estornudo expele el aire a un ochenta y cinco por ciento de la velocidad del sonido, lo bastante rápido como para expulsar bacterias y otros detritos del cuerpo, lo cual es el objetivo del estornudo. La nariz humana tiene un pasaje del ancho de un cabello detrás de las fosas, lo que hace más costoso todo el proceso de la respiración, y más difícil la percepción de los olores. En el estornudo, el aire no tiene un paso directo por donde seguir. Tenemos que abrir la boca. Si estornudamos con la boca cerrada, el aire explota en las cavidades y recovecos de la cabeza, en busca de una salida, y puede hacernos daño en los oídos.

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