viernes, 21 de febrero de 2020

Las dos grandes anclas del ser humano son la verdad y la esperanza



Pablo Martinez Vila, conocido psiquiatra y Presidente de la Fundación RZ escribe que “las dos grandes anclas del ser humano son la verdad y la esperanza. Ambas van asociadas, son inseparables y constituyen la espina dorsal de la existencia humana. Estos dos referentes no varían con el tiempo, los necesitamos hoy igual que hace veinte siglos. Lo que varía es el trato, la actitud de los hombres hacia estas dos anclas. Ahí es donde radica el origen de la profunda crisis de valores actual. La sustitución de la Verdad por mi verdad ha roto una de las dos anclas arrastrando con su ruptura a la esperanza. El reconocido historiador francés Jacques Barzun ya advirtió que “el asalto postmoderno a la idea de la verdad podría levarnos a la liquidación de 500 años de civilización”.

“Si la verdad está dentro de mí, entonces la verdad soy yo. Observemos el sutil paralelo de esta idea con la afirmación de Jesús “Yo soy…la verdad y la vida” (Juan 14:6). Esta usurpación alimenta las fantasías de omnipotencia que el ser humano siempre ha tenido “seréis como dioses”, y es sumamente atractiva”, añade Martínez Vila. “Convertir la verdad en un asunto de opiniones personales lleva inexorablemente a la pérdida de esperanza y la desesperanza es el pórtico de la desesperación. Una sociedad sin esperanza es una sociedad triste, huérfana de futuro. Un futuro sin esperanza es una vida llena de vacío”. Surge entonces el espíritu del Eclesiastés, “vanidad de vanidades, todo es vanidad….y aborrecí, por tanto la vida”.

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