martes, 1 de agosto de 2017

Un Dios que llena el alma y el corazón.

El Dios de los cristianos no consiste en un Dios simplemente autor de las verdades geométricas y del orden de los elementos, esto corresponde a paganos y a epicúreos. No consiste solamente en un Dios que manifiesta su providencia en la vida y en los bienes de los hombres, para conceder una dichosa sucesión de años a los que le adoran; esto corresponde a los judíos. Sino que el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, el Dios de los cristianos es un Dios de amor y de consuelo; es un Dios que llena el alma y el corazón de aquellos a quienes posee; es un Dios que les hace sentir interiormente sus miserias y su misericordia infinita; que se les une en el fondo de su alma; que la llena de humildad, de alegría, de confianza, de amor; que les hace incapaces de tender hacia otro fin que no sea El mismo, escribe Blaise Pascal.

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