viernes, 18 de agosto de 2017

Un estigma de vergüenza para todo el siglo XXI.


“Esperando contra toda esperanza” y poniéndose en las manos de “justicia de Dios”: con esta conciencia el Consejo de patriarcas católicos de Oriente publicó el comunicado final de su sesión anual (10-11 de agosto de 2017), se realizó en Dimane (norte del Líbano), sede estival del patriarcado maronita:

“A las Naciones Unidas y a los países interesados en modo directo de la guerra en Siria, Irak y palestina (Rusia, EEUU, Irán, Qatar, Turquía, Arabia Saudita- Ndr) nosotros pedimos terminar con las guerras, cuyos objetivos son ya muy claros: destruir, matar, alentar el éxodo, relanzar las organizaciones terroristas, difundir el espíritu de intolerancia y de conflicto entre las religiones y las culturas. La continuación de esta situación y la incapacidad en establecer una paz justa, global y duradera en la región, asegurando el retorno de los refugiados y de los evacuados a sus casas en la dignidad y en la justicia, quedará como un estigma de vergüenza para todo el siglo XXI".

“Al sucesor de Pedro, le decimos que estamos listos para responder al pedido por la santidad, siguiendo al Salvador en el camino de la Pasión. Pero recordamos también que nosotros representamos a las iglesias florecidas de Oriente desde la época apostólica…y cuya existencia está en un real peligro”.
cristianos en peligro de extinción

“Nosotros somos lamentablemente una “pequeña grey” pacífica. Una pequeña grey que no cuenta sobre ningún otra cosa sino vosotros para invitar a los grandes que presiden los destinos del mundo, que continúan alentando el éxodo de los cristianos de Oriente Medio y sin duda a un proyecto de genocidio, una catástrofe humana, como también un jaque a la civilización y un desaire para toda la humanidad”.



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