sábado, 13 de mayo de 2017

¿Libertad, para qué?

Libertad.
Cuanto más libres somos en el uso de la palabra, más posibilidades tendremos de elegir las palabras justas y la decisión adecuada. Y más posibilidades de enmendar el error. Si algo da miedo, por tanto, es que los ciudadanos libres dejen de valorar la libertad de la palabra en aras de la seguridad o la supervivencia. Y dejen de creer que la libertad merece el precio que casi siempre tiene en la historia. Porque acaban siempre en la pregunta de Lenin: “¿Libertad, para qué?”. Por ahí comienza siempre la tentación que lleva a la miseria, a la guerra y al crimen. Y el crimen llega antes de lo que algunos creen. Llega en cuanto se acepta el discurso de la fuerza de los regímenes que aplastan las libertades.

Cuanto más libres somos en el uso de la palabra, más posibilidades tendremos de elegir las palabras justas y la decisión adecuada.

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