sábado, 13 de mayo de 2017

La democracia como un sistema universalmente válido es una de las grandes contribuciones del siglo XX.

El reconocimiento de la democracia como un sistema universalmente válido, que cuenta cada vez con una mayor aceptación en su carácter de valor universal, ha implicado una revolución en el mundo de las ideas y es una de las grandes contribuciones del siglo XX.

Los derechos políticos y civiles ofrecen a las personas la oportunidad de prestar atención a las necesidades generales y demandar una acción política adecuada. La respuesta de un gobierno al sufrimiento de su gente depende en buena medida de la presión que se ejerce sobre él. El ejercicio de los derechos políticos (como el voto, la crítica y la protesta, entre otros) puede establecer una diferencia real e influir profundamente en la actuación del gobierno en cuestión.

Amartya Sen 
El filósofo y economista indio Amartya Sen cuenta que en la terrible historia de las hambrunas sufridas en el mundo, ninguna de ellas ha acontecido en un país independiente y democrático que disfrute de una relativa libertad de prensa.Las recientes hambrunas en Etiopía, Somalia o cualquier otro régimen dictatorial; la hambruna en la Unión Soviética durante la década de los treinta; la hambruna en China de 1958-1961 con el fracaso del “Gran Salto Adelante”; o aún antes, las hambrunas en Irlanda o la India bajo el dominio extranjero. Aunque China tuvo en varios aspectos un mejor desempeño económico en comparación con la India, padeció (al contrario que la India) una hambruna que de hecho resultó ser la mayor en la historia de la humanidad, cerca de 30 millones de personas murieron entre 1958-1961, y pese a esto, las erróneas políticas gubernamentales se mantuvieron sin corregir durante tres años. Las políticas aplicadas entonces no tuvieron crítica alguna debido a la falta de partidos políticos de oposición en el Parlamento, la nula libertad de prensa y la inexistencia de opciones políticas en las elecciones. 

Grabado víctimas de la hambruna.


Por otro lado, los países democráticos más pobres han conseguido lidiar con terribles inundaciones, sequías u otros desastres naturales (como India en 1973 o Zimbawe y Botswana en la primera mitad de los ochenta), consiguiendo alimentar a su población sin llegar a experimentar periodos de hambruna. Las hambrunas son fácilmente evitables si se hace un esfuerzo serio al respecto, y un gobierno democrático con elecciones regulares y sometido a crítica por parte de los partidos políticos de oposición, así como por los medios de comunicación, no puede por menos que ayudar a tal esfuerzo, termina Amartya Sen.

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