domingo, 22 de septiembre de 2024

El tiempo debe ser lineal y no cíclico

Se considera que el nacimiento de Jesús divide el tiempo en dos partes, porque pone fin a la primera fase del propósito divino y da principio a la segunda. A diferencia de los seguidores de otras religiones coetáneas del imperio romano, a excepción del judaísmo, los cristianos creían que su religión expresaba el propósito de Dios en la historia; pero, mientras que el judaísmo estaba interesado sobre todo en la suerte de Israel, los cristianos entendían que su fe poseía significado universal. Consideraron que la crucifixión era un acontecimiento único, no sujeto a repetición. Por tanto, el tiempo debía ser lineal en vez de cíclico. Esta idea esencialmente histórica del tiempo, con su particular énfasis en la cualidad no repetitiva de los acontecimientos, es la propia esencia del cristianismo. En la Epístola a los Hebreos, 9, 25-26, resulta evidente e incluso contrasta con la idea hebrea: “y no para ofrecerse a sí mismo repetidas veces al modo como el Sumo Sacerdote entra cada año en el santuario con sangre ajena. Para ello habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Sino que se ha manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de los tiempos, para la destrucción del pecado mediante el sacrificio”. El mundo en el que surgió el cristianismo era el del imperio romano. En esa época florecieron una gran variedad de religiones, muchas de ellas de origen oriental. 
Referencia: El tiempo en la historia de G. J. Whitrow.

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