El Dr.Valentín Fuster, Director General del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III de Madrid y Director del Instituto Cardiovascular y “Physician-in-Chief” del Mount Sinai Medical Center de Nueva York, en su libro La ciencia de la salud escribe: “Recuerdo el caso de un paciente que había empezado a vigilar la dieta para perder peso, aseguraba que seguía las recomendaciones que le dábamos pero no conseguía adelgazar. Decía la verdad, hacía lo que le habíamos aconsejado. Pero hablando con él descubrimos que su bebida habitual era la Coca-Cola. Tomaba Coca-Cola cada día. Varias veces al día. No se le había ocurrido decírnoslo y a nosotros no se nos había ocurrido preguntárselo. No nos lo había dicho porque para él la Coca-Cola no contaba como alimento. Era un extra. Pero un extra que le proporcionaba cada día una propina de cientos de calorías. Este problema, el de aceptar como productos de consumo habitual alimentos que deberían ser de consumo esporádico, es el error más habitual que cometemos con los carbohidratos simples. No es sólo la Coca-Cola. Son las golosinas, los helados, las galletas, los zumos de frutas... todos aquellos productos que caben en una dieta semanal equilibrada pero se han hecho un hueco en la dieta diaria, y desplazan a otros alimentos que deberían ocupar un lugar de privilegio en la dieta diaria y ahora quedan relegados a un consumo ocasional.”
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