martes, 6 de agosto de 2024

La virtud nos hace capaces de disfrutar del bien

A una persona justa, llevarse un producto del supermercado sin pagar no solo le resulta prohibido, sino también feo, desagradable, discordante con sus disposiciones, con su corazón. Esta configuración de la afectividad, que genera la alegría ante el bien y el disgusto ante el mal, no es una consecuencia colateral de la virtud, sino un componente esencial de ella. Por eso la virtud nos hace capaces de disfrutar del bien. 


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