domingo, 18 de agosto de 2024

La deuda británica con Estados Unidos no quedó saldada hasta el 29 de diciembre de 2006

                                                   Presidente Truman con Clement Attlee


Del esfuerzo que para Gran Bretaña supuso derrotar a Hitler da idea el que su deuda con Estados Unidos para evitar la bancarrota tras la guerra no quedase saldada hasta el 29 de diciembre de 2006. Ese día, el Gobierno de Londres dio la orden de transferir al Tesoro norteamericano 43 millones de libras. Esa cantidad correspondía al último pago de un préstamo de 4.340 millones de dólares concedido el 15 de julio de 1946 por el presidente norteamericano, Harry Truman, para que el Reino Unido, completamente exhausto por los enormes gastos de guerra que había tenido que afrontar, pudiera responder ante los acreedores extranjeros, a los que debía 4.200 millones de libras. Aunque el entonces primer ministro británico, Clement Attlee, que había sucedido a Churchill en julio de 1945, aspiraba a que sus poderosos aliados norteamericanos asumieran el pago de esa deuda, como gesto de solidaridad después de luchar codo con codo contra el Eje durante casi cuatro años, Truman le hizo saber que el tiempo de los sentimentalismos había pasado, y que si quería el dinero debería reembolsarlo a un interés del dos por ciento anual. La decepción llegó hasta la Cámara de los Lores, que condenó la actitud del Gobierno de Washington, pero ante la perspectiva de una quiebra de la economía británica, Londres no tuvo otro remedio que aceptar los términos del préstamo.


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