miércoles, 2 de marzo de 2022

Adam Smith tenía asegurada la cena porque su madre se encargaba de ponérsela en la mesa


La escritora sueca Katrine Marça cuenta que cuando Adam Smith se sentaba a cenar, pensaba que si tenía la comida en la mesa no era porque les cayera bien al carnicero y al panadero, sino porque estos perseguían sus propios intereses por medio del comercio. Era, por tanto, el interés propio el que le servía la cena.Cuando Smith ocupó el puesto de director de aduanas en Edimburgo, su madre se mudó a vivir con él. Toda su vida se dedicó a cuidar de su hijo; a la hora de responder a la pregunta de cómo llegamos a tener nuestra comida en la mesa, ella es la parte que Adam Smith pasó por alto. Adam Smith logró responder la pregunta fundamental de la economía solo a medias. Si tenía asegurada la comida no era solo porque los comerciantes sirvieran a sus intereses propios por medio del comercio. Adam Smith la tenía también asegurada porque su madre se encargaba de ponérsela en la mesa todos los días.

En la época en la que Adam Smith escribió sus teorías, para que el carnicero, el panadero y el cervecero pudieran ir a trabajar, era condición sine qua non que sus esposas, madres o hermanas dedicaran hora tras hora y día tras día al cuidado de los niños, la limpieza del hogar, preparar la comida, lavar la ropa, servir de paño de lágrimas y discutir con los vecinos. Se mire por donde se mire, el mercado se basa siempre en otro tipo de economía. Una economía que rara vez tenemos en cuenta. La niña de once años que todas las mañanas recorre quince kilómetros en busca de leña para su familia desempeña un papel enorme en el desarrollo económico de su país. A pesar de ello, su trabajo no es reconocido. La chica es invisible en las estadísticas económicas. Parir niños, criarlos, cultivar el huerto, hacerles la comida a los hermanos, ordeñar la vaca de la familia, coserles la ropa o cuidar de Adam Smith para que él pueda escribir La riqueza de las naciones; nada de esto se considera trabajo productivo en los modelos económicos estándar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario