miércoles, 11 de noviembre de 2020

Toman como un axioma lo que aún no ha sido probado



Eslóganes del tipo “Ninguna tolerancia hacia los enemigos de la tolerancia” o “Ninguna libertad para los enemigos de la libertad” suenan tan convincentes. Y suenan convincentes porque toman como un axioma lo que aún no ha sido probado, pues se anticipan a la pregunta de si la parte cuya condenación y supresión pretende legitimar el eslogan es, en verdad, culpable de las transgresiones de las que se la acusa. Y porque omiten la cuestión de los derechos del acusado y, al mismo tiempo, esconden bajo bellos colores la complicidad, ilegal, que se da entre los dos roles, el de acusador y el de juez, dice el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman.


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