domingo, 1 de noviembre de 2020

Los totalitarismos surgieron porque el hombre se había olvidado de Dios


Cuando Solzhenitsyn sostuvo que los totalitarismos surgieron en gran parte porque “el hombre se había olvidado de Dios”, estaba haciendo una afirmación filosófica y no un argumento enraizado meramente en la fe o en la piedad, puntualiza Daniel Mahoney.

                       

Podemos concebir al hombre como amo soberano de la existencia, el creador autónomo de sus propios “valores”, o podemos ver en él a un ser que participa en un orden natural que no hizo, un “orden de las cosas” que da significado a su libertad y que da sentido a su búsqueda de la verdad. En esta última comprensión, sostenida por Brownson, “el hombre no es Dios, independiente, autoexistente y autosuficiente”. Más bien, “es dependiente, y no solo de su Creador, sino también de sus semejantes, de la sociedad, e incluso de la naturaleza y del mundo material”. Los seres humanos son realmente libres solo cuando reconocen que no son dioses.


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