"Todos los hombres pecan, a menudo, de incoherencia", opina el papa Francisco, "santo y pecador, perseguido y perseguidor, víctima y verdugo”. "David fue todo esto. Y también nosotros registramos en nuestra vida rasgos a menudo opuestos; en la trama de la vida, todos los hombres pecan con frecuencia de incoherencia", señala el pontífice.
Agrega el Papa que "existe un solo hilo rojo en la vida de David, que da unidad a todo lo que sucede, su oración". "Cuando a una persona le falta la poesía su alma está adormecida".
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