lunes, 6 de julio de 2020

Enrique VIII entendió que convirtiendose al protestantismo podía quedarse con los bienes de la Iglesia


Enrique VIII y Catalina de Aragón

Cuando estalla la Reforma protestante en 1521, Enrique VIII empieza por condenarla. Pero unos años más tarde entiende todo el potencial de la Reforma. En ese momento, no tiene dinero y, si desea negociar un aumento de impuestos con el Parlamento, tendrá que transigir proyectos de ley que socavarán su autoridad. Sin embargo, si se convierte en protestante, se podrán embargar todos los bienes del clero, que representan una fortuna considerable. Por lo tanto, en 1527, Enrique VIII pide que se anule su matrimonio, consumado, con la princesa española Catalina de Aragón (1485-1536), a lo que el papa se niega. Enrique VIII usa este pretexto para proclamarse jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra en 1534, es decir, un año después de haber contraído matrimonio con su amante Ana Bolena (1507-1536), y se adueña de las riquezas eclesiásticas.

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