sábado, 23 de febrero de 2019

Sólo los hombres son conscientes de ellos mismos.


Los animales, dice Aristóteles, pueden percibir a través de los sentidos, pero sólo los hombres son conscientes de ellos mismos. Su conciencia acompaña no sólo sus sensaciones, sino también sus pensamientos. Así, nosotros pensamos y somos conscientes de que pensamos. Ésta es, precisamente, la fuente del placer del hombre virtuoso. Lo que equivale a decir que cuando el hombre se examina, es capaz de juzgarse también. 

Benjamin Farrington dice que el hombre puede compartir con su amigo la consciencia que cada cual posee; en esto consiste el placer específico de la amistad. Porque las bestias del campo sólo pueden compartir el placer de pacer en los mismos pastos; pero compartir, entre los hombres, significa participar de sus pensamientos y palabras. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario