martes, 26 de febrero de 2019

Entender el larguísimo régimen de Franco.

Es difícil de entender el larguísimo régimen dictatorial de España que va desde 1939 hasta fines de 1975, y que terminó con la muerte de Franco, sin que la oposición política lo hubiera abreviado ni un solo día.

Julian Marías opina que “la primera causa que explica la perduración del régimen es su disposición a usar la violencia en caso de necesidad. Tenemos regímenes absolutamente opresivos que se mantienen desde hace años, sin que se vea ninguna liberación en el horizonte, ni siquiera con alguna muerte individual, porque están dotados de un mecanismo de perpetuación. No era este el caso de España; pero la posibilidad del uso de la violencia era muy real, y con ello bastaba en principio, sin que fuera menester casi nunca aplicarla. Otra causa era la inercia del régimen, su falta de “argumento”, de proyecto; en rigor, no podía fracasar, porque no tenía una política distinta de su perduración. Se esperaban cambios deseados, a veces anunciados, y cuando no se producían se esperaba al semestre próximo. Este ritmo lentísimo dio una inconcebible estabilidad al régimen”.


Los españoles, dice Julián Marías, “estaban privados de muchas libertades; pero no eran demasiados los que las echaban de menos; por otra parte, tenían otras, que afectaban sobre todo a la vida privada, y sentían temor de perderlas. La privación venía del desenlace de la guerra civil; pero la mayoría estaba persuadido de que si ese desenlace hubiera sido el contrario, la situación de las libertades no habría sido mejor porque ambos beligerantes prometían su destrucción, y la realizaron durante la guerra misma. Gran número de españoles esperaba sin prisa el final del régimen; acostumbrados a vivir sin argumento de la vida colectiva, gozando de una holgura económica que nunca habían tenido, de una libertad privada que bastaba a sus apetencias y ocultaba a sus ojos la escasez de la pública, habían entrado en una larga etapa de calma apacible”.

“La escolarización había aumentado mucho, y el analfabetismo se había reducido enormemente. Se habían abierto nuevas profesiones, sobre todo para las mujeres. Muchos españoles tenían vivienda decorosa. El campo se había mecanizado. Los automóviles se habían multiplicado. La alimentación había mejorado, la talla media de los españoles había aumentado siete u ocho centímetros”.

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