viernes, 8 de febrero de 2019

Sin el cumplimiento de la ley ninguna democracia puede subsistir.

Sin el cumplimiento de la ley ninguna democracia, ninguna libertad, puede subsistir. Cuenta Heródoto una anécdota por la que no pasa el tiempo. Jerjes llegaba a Grecia con un ejército imponente, y preguntó a Demarato, un espartano exiliado en su corte, si los griegos serían capaces de oponerle resistencia. Demarato le dijo que, por supuesto, lucharían contra él en cualquier caso. Y Jerjes se rió: “¿Cómo podrían los griegos, que eran hombres libres, combatir contra un ejército superior si no tenían detrás un déspota que les obligara? Simplemente se someterían y adaptarían, para salvar el pellejo”. Demarato le contestó: “Son libres, pero no del todo. Tienen un amo, la ley, a la que respetan mucho más, incluso, de lo que tus súbditos te temen a ti. Por eso saldrán a combatirte, tanto si se encuentran mil hombres para poner en línea, o menos, o más”.

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