viernes, 28 de diciembre de 2018

Sin la propiedad privada los individuos se sentirían poco incentivados para trabajar.

Los liberales opinan que en ausencia de propiedad privada los individuos se sentirán poco incentivados para trabajar. Y sin trabajo todos comeríamos bellotas en vez de pan y nos cubriríamos con hojas en vez de con vestidos. En última instancia, la propiedad privada cuenta para su justificación con un argumento decisivo ya que ayuda a crear un excedente de “provisiones que sirven al sustento de la vida humana”.

Hume.
La propiedad privada reduce el precio del grano (en relación con los salarios) y, por tanto, “no aminora sino acrecienta las existencias comunes del género humano”. Así pues, la propiedad se justifica por referencia explícita al bien común. Según Hume, si no se les estimula con la esperanza de mejorar de condición, los ciudadanos no generarán “utilidad pública”. También Smith construyó toda su teoría sobre los cimientos lockeanos de que sólo una economía libre y basada en la propiedad privada ofrecerá “a las gentes de más baja condición” alimentos a precios asequibles.

Por otro lado, Hume aceptaba la desigualdad de la propiedad por las mismas razones que Locke y Smith, porque era una consecuencia inevitable de la búsqueda de la prosperidad. Tras estudiar las condiciones de la economía basada en la producción agrícola, concluyó que el libre mercado del grano podría satisfacer mejor que cualquier otro sistema las necesidades de los pobres. Dicho sea de paso, aceptar la desigualdad en lo tocante a propiedad no supone negar las aspiraciones de los hambrientos.

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