lunes, 17 de diciembre de 2018

Debemos tratar a la metafísica con respeto.

Reproduzco una conversación entre el Premio Nobel Konrad Lorenz y el filósofo y profesor Karl Popper:

 Konrad Lorenz 
Kreuzer: ¡Intentemos dar un poco más de sustancia a la palabra metafísica! ¿Verdad que la teoría del Big Bang, de la que tanto se ocupan hoy día los divulgadores de la ciencia, no constituye todavía una teoría propiamente dicha? ¿Verdad que en sentido estricto sigue siendo metafísica? 

Popper: Exactamente. Y ello se debe a que la llamada constante de Hubble es una variable que aumenta su condición de tal, año tras año. 

Kreuzer: Casualmente estuve ayer en la televisión hablando durante dos horas con el gran cosmólogo austríaco Thomas Gold. Él oponía la teoría del “steady state" a la del “big bang" y opinaba que ninguna de las dos, ni siquiera la suya, está en lo cierto. Nuestra obligación es trabajar para encontrar una tercera teoría, una teoría nueva. Según esta crítica, todo esto no son sino meras líneas de investigación, que aún no llegan al rango de auténticas teorías físicas. Si estuviera prohibido ejercer la metafísica, no se podría pensar en el Big Bang. ¿Es eso cierto? 

Popper: Bueno, sí, más o menos. El patrimonio más
Karl Popper
precioso del ser humano son sus ideas. Nunca tenemos bastante. Precisamente lo que nos caracteriza es la penuria de ideas. Y como constituyen un bien tan precioso, debemos tratar a la metafísica con respeto y discutirla con deferencia; quién sabe si no saldrá algo positivo de sus ideas. Naturalmente el problema radica primero en que tenemos muy pocas ideas, y en segundo lugar en que, por lo general, de su discusión se saca bastante poca cosa. Y es que tenemos muy pocas ideas a la hora de criticar las ideas. La propia crítica necesita una y otra vez nuevas ideas críticas.

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