Una máxima de la Regla de san Benito, reza: “No anteponer nada a la obra de Dios (es decir, al oficio divino)”. Benedicto XVI añade que “para los monjes, la liturgia es lo primero. Todo lo demás va después. Y, en lo fundamental, esta frase es válida para cada persona. Dios es importante, lo más importante en absoluto en nuestra vida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario