Carlo Bordoni que “en la Revolución Industrial, la presencia del capital estaba simbolizada por las chimeneas que llenaban de humo el cielo de las zonas mineras; en el siglo XIX, lo estaba por las masas obreras que salían de las fábricas al terminar su turno de trabajo; en el siglo XX, por los rascacielos de los grandes holdings empresariales estadounidenses. La fábrica es un espacio físico en el que se establece esa continuidad de intereses y condiciones existenciales que favorece la formación de la conciencia de clase. Sin embargo, la desmaterialización del capital (o, lo que es lo mismo, su transformación, o licuefacción, en productos financieros que, por su propia naturaleza, pueden transferirse de un punto a otro del planeta y pueden ser invertidos en activos diversificados) rompe con esa tradición y permite que el capital se emancipe de la política. El capital queda así liberado de las restricciones de la tradición social que el Estado había conseguido imponerle. Esta licuefacción del capital, que tiene su inevitable equivalente en la sociedad líquida, limita gravemente la posibilidad de esa intervención del Estado en la economía que, durante la primera mitad del siglo XX y, en especial, tras la grave crisis de 1929, había sustentado el sueño de una alianza firme y decidida entre capitalismo y democracia. Entre las razones para la licuefacción del capital, encontramos la desmaterialización del trabajo; en concreto, el desmantelamiento gradual de la industria pesada, la posindustrialización de la tercera Revolución Industrial (que ha vuelto obsoletas las grandes fábricas que empleaban grandes cantidades de mano de obra), el crecimiento exponencial de los servicios y de la automatización de los procesos de producción, y la miniaturización y las nuevas tecnologías. Este proceso, que se inició en la década de 1970 y que evolucionó a lo largo de los treinta años siguientes, ha liberado el capital del compromiso al que estaba supeditado, lo ha liberado también de las inversiones a largo plazo y, por así decirlo, lo ha privado de toda finalidad definida”.
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