Moehringer escribe en El bar de las grandes esperanzas :
—Cada libro es un milagro —decía Bill—. Cada libro representa un momento en el que alguien se sentó en silencio (y ese silencio forma parte del milagro, no te engañes), e intentó contarnos a los demás una historia. Bud podía hablar sin fin de la esperanza de los libros, de la promesa de los libros. Decía que no era casualidad que un libro se abriera igual que una puerta.
—Cada libro es un milagro —decía Bill—. Cada libro representa un momento en el que alguien se sentó en silencio (y ese silencio forma parte del milagro, no te engañes), e intentó contarnos a los demás una historia. Bud podía hablar sin fin de la esperanza de los libros, de la promesa de los libros. Decía que no era casualidad que un libro se abriera igual que una puerta.
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