jueves, 20 de enero de 2022

El vestido highland


¿Cuándo se convirtió el philibeg de tartán, el kilt moderno, en el atuendo de los highlanders? Mientras que el tartán, es decir, la pieza de tela tejida siguiendo un modelo geométrico de colores, se conocía en Escocia en el siglo XVI (parece haber llegado de Flandes hasta las Highlands a través de las Lowlands), el philibeg, tanto el nombre como la cosa, son desconocidos antes del siglo XVIII. Lejos de ser un vestido tradicional highland, fue inventado por un inglés después de la Unión de 1707, y los diferentes tartanes de los clanes son incluso una invención más tardía. Fueron diseñados como parte de una festividad organizada por sir Walter Scott en honor de un rey hannoveriano y deben su forma actual a otros dos ingleses. Dado que los highlanders escoceses eran, en su origen, simplemente irlandeses que habían navegado de una isla a otra, es natural suponer que originalmente su vestido era el mismo que el de los irlandeses. Hasta el siglo XVI el vestido corriente de los highlanders era una larga camisa irlandesa que las clases altas, como en Irlanda, teñían con azafrán; una túnica de failuin y un abrigo o manto que las clases altas tejían con muchos colores y líneas pero que en general era de coloración marrón, como color protector en el brezo. Además, los highlanders llevaban zapatos de una sola suela (las clases altas utilizaban botines) y blandos sombreros planos, generalmente azules. El manto con cinturón podía ser apropiado para la vida ociosa de los highlanders, para vivir en las colinas o esconderse en los brezales. Era también barato, y todos estaban de acuerdo en el hecho que las clases bajas no podían permitirse el gasto que suponían los pantalones. Pero para los hombres que tenían que talar árboles o construir hornos era un vestido incómodo e inapropiado. Por tanto, como hombre de genio y rapidez, Rawlinson llamó al sastre del regimiento estacionado en Inverness y juntos se propusieron “acortar el vestido y hacerlo útil y cómodo para sus trabajadores”. El resultado fue el felie beg, philibeg, o pequeño kilt, que se alcanzó al separar la falda del manto y convertirlo en una prenda distinta, con los pliegues ya cosidos. El mismo Rawlinson llevó este nuevo vestido y su ejemplo fue seguido por su socio, Ian Macdowell de Glengarry. Después, los jefes de los clanes siguieron a su jefe y la innovación “se consideró tan cómoda y conveniente que en poco tiempo su uso se hizo frecuente en todo el territorio de las Highlands y también en gran parte de las Lowlands septentrionales”. La narración del origen del kilt fue suministrada primero en 1768 por un caballero highland que había conocido a Rawlinson personalmente. Fue publicada en 1785 y no originó desacuerdos.



Regimientos highland se cubrirían pronto de gloria en la India y por medio de la Disarming Act de 1747 se les excluyó explícitamente de la prohibición de llevar el vestido highland y, de este modo, en los treinta y cinco años durante los cuales los campesinos celtas utilizaron siempre los pantalones sajones, los regimientos highland fueron quienes mantuvieran viva la industria del tartán e hicieron que su más reciente innovación, el kilt de Lancashire, tuviese continuidad. Originalmente, los regimientos highland llevaban como uniforme el manto con cinturón. Sin embargo, una vez que se inventó el kilt y su conveniencia lo hizo popular, fue adoptado por ellos. Además, probablemente fue su uso lo que dio nacimiento a la idea de diferenciar a los clanes por medio de diferentes tartanes. A medida que los regimientos highland crecían según las necesidades bélicas, se transformaban sus uniformes y, cuando la población civil adoptó el uso del tartán y el movimiento romántico fomentó el culto del clan, el mismo principio de diferenciación fue fácilmente transferido del regimiento al clan. 

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