lunes, 24 de enero de 2022

El pacto sobre la violencia pública es desaprobar su manifestación pero legitimar su empleo


La cultura occidental no sería lo que es si no respetase por igual al portador legal de armas y a quien considera que llevar armas es algo intrínsecamente contrario a la ley. Nuestra cultura aspira al pacto, y el pacto al que ha llegado respecto a la problemática de la violencia pública es desaprobar su manifestación pero legitimar su empleo. El pacifismo ha sido relegado a un ideal y el uso legal de las armas, bajo un estricto código de justicia militar integrado en un corpus de leyes humanitarias, ha sido aceptado por necesidades prácticas, observa el historiador británico John Keegan.

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