Los fracasos deben ser olvidados. Lo fatal es el consentimiento, la presencia tolerada y regularizada de una zona en nosotros que seguimos reclamando para nosotros mismos. No podernos expulsar nunca al invasor, esa zona de muerte, de nuestro territorio, pero debemos estar en la resistencia, no en el gobierno de Vichy. Y ello debe comenzar de nuevo cada día. Nuestra oración matinal deberá ser la de la Imitatio: Da hodie perfecte incipere. Concédeme tener hoy un comienzo intachable, pues todavía no he hecho nada, escribe C.S Lewis en El diablo propone un brindis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario