lunes, 29 de marzo de 2021

Una de las consecuencias de la crisis sanitaria es el uso de herramientas digitales por las instituciones diplomáticas



¿Qué impacto dejará la crisis sanitaria en la diplomacia mundial y qué futuro espera a los centros de la diplomacia internacional como Ginebra, Viena o Nueva York con el uso intensivo de las plataformas digitales desde el año pasado? Una de las principales consecuencias de esta crisis es el uso masivo de herramientas digitales por parte de la mayoría de las organizaciones e instituciones diplomáticas, merced a las restricciones de desplazamientos y la prohibición de reuniones. Davide Rodogno,  experto en asuntos internacionales y profesor de historia en el Instituto de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo de Ginebra, señala que, debido a esta situación, "los diplomáticos se han visto obligados a experimentar con métodos de trabajo que no conocían. El mundo digital les ha ofrecido muchas oportunidades que podrían ayudar a fortalecer y desarrollar la cooperación internacional, si hay voluntad”.




Hoy en día, las delegaciones extranjeras participan en debates y conferencias internacionales sin ni siquiera salir de su territorio. Según fuentes bien informadas de la sede de la ONU en Ginebra, esta última organizó 1 200 importantes conferencias internacionales a través de Internet entre marzo de 2020 y finales del mismo año. Esta práctica ha cambiado considerablemente las normas de la diplomacia internacional.




En general, todo el mundo está de acuerdo sobre el impacto positivo de estas herramientas digitales, en términos de eficacia de las actividades diplomáticas y de su transparencia. Algunos diplomáticos, basándose en su experiencia sobre el terreno, no dejan de señalar los límites de estas herramientas. "Las conversaciones directas eran la mejor manera de reunir a las partes en conflicto. Por ejemplo, tuvieron que celebrarse 15 rondas de conversaciones secretas en Noruega entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina antes de que ambas partes se pusieran de acuerdo sobre los Acuerdos de Oslo a principios de la década de 1990”, dice Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados y antiguo asesor especial del secretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios en Siria. Apesar de la experiencia de los últimos meses, que ha demostrado la utilidad de las herramientas digitales en la diplomacia y en otros ámbitos, nada sustituirá nunca el contacto directo entre las personas.

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