domingo, 14 de marzo de 2021

El cristianismo es el vínculo de continuidad en la forja de la cultura occidental



El cristianismo es el vínculo de continuidad en la forja de la cultura occidental. Es un tensor; aquello que pone en tensión, como los cables de un puente o una torre, que permiten que soporten las cargas. Un tensor también es una fuerza que empuja en un determinado sentido. Es lo que impulsa a una nave en el agua, a lo que esta responde con una determinada velocidad.Y no solo forja nuestra sociedad, sino que contiene los factores necesarios para superarla.




Arnold Toynbee escribió en 1952 que el comunismo, que era otra de las religiones recientes del hombre occidental, tenía el mérito de ser una hoja arrancada del libro del cristianismo; pero era una hoja estéril precisamente por haber sido arrancada y malinterpretadas fuera de su contexto. La democracia, que era otra hoja del libro del cristianismo, también había sido arrancada de él y, si acaso no se la interpretó mal, se la vació a medias de su significación al separarse del contextos cristiano y al secularizarse. El síntoma más negativo de todos era que los hombres del mundo occidental habían estado viviendo del capital espiritual al aferrarse a la práctica cristiana sin mantener, empero, las creencias cristianas. Los hijos de la civilización occidental deben revisar su concepción corriente de la reciente historia para desembarazarse de esta concepción que era la de considerar que esta nueva civilización había permanecido en estado de inmadurez mientras se encontró bajo los auspicios cristianos y, de haber dado gozosos, la bienvenida al repudio de sus orígenes cristianos. Lo que nos decía Toynbee, a mitad del siglo pasado, era el diagnóstico exacto de lo que hoy acaece. La civilización europea, transformada en una sociedad secularizada que rechaza su naturaleza cristiana, carece de futuro como civilización, y entrará en crisis, excepto si se presta quizás involuntariamente, a un resurgimiento cristiano, “frente a la amenaza de un recrudecimiento de la idolatría viciosa del culto colectivo del hombre”.



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