viernes, 20 de diciembre de 2019

Los comunistas sabían que el tiempo sería su aliado sólo mientras pudieran despertar miedo en las masas



Lo mismo que en Occidente era un derecho la libre elección, en el Este y bajo la interpretación de los comunistas constituía una conspiración y se castigaba con la pena de muerte. Los libros anticomunistas, escritos de buena fe, sirvieron a un fin contrario a sus propósitos, y la táctica bolchevique lo sabía. A ellos no les preocupaba que no los quisieran. Sólo les preocupaba que no los temiesen.

Sándor Márai
Dice el escritor húngaro Sándor Márai que los comunistas sabían que el tiempo sería su aliado sólo mientras pudieran despertar miedo en las masas. Temían que en un momento dado la gente dejara de tener miedo del miedo (en las previsiones del terror ese momento está identificado con toda exactitud) y empezara a protestar. Los comunistas exigían del hombre común lo mismo que habían exigido los nazis, es decir, que cumpliera órdenes sin la más mínima crítica ni resistencia. Recelaban también de quienes habían sido obedientes, porque temían que los prosélitos sospechasen que la servidumbre ciega a un sistema basado en la crueldad pudiera volverse contra ellos en épocas de crisis. Temían a todo el mundo, y el vástago inmundo del temor es siempre el pánico. El pánico se podía notar en su mirada, en la disciplina oficial con que se habían adiestrado, y en su manera de hablar.

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