miércoles, 4 de septiembre de 2019

Siempre que el hombre ha querido hacer del Estado su cielo, se ha construido su infierno

Hölderlin
Thomas Mann tenía razón cuando dijo que Marx habría debido leer mejor a Hölderlin. Porque si es conmovedor hoy saber que Hölderlin alcanzó a ver en lo visible lo invisible, como para exclamar “Están envenenando los manantiales”, es todavía más asombroso saber que, cuando comenzaba el siglo XIX, mucho antes de Marx y de Lenin, de Stalin y de Kim Il-sung, Hölderlin también fue capaz de escribir que “siempre que el hombre ha querido hacer del Estado su cielo, se ha construido su infierno”.

Marx describió: “Se derrumban las relaciones inconmovibles y mohosas del pasado, junto con todo su séquito de ideas y creencias antiguas y venerables, y las nuevas envejecen antes de echar raíces. Se esfuma todo lo que se creía permanente y perenne. Todo lo santo es profanado, y al final el hombre se ve constreñido por la fuerza de las cosas a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás”.

William Ospina dice que Marx llegó a profetizar, sin saberlo, la formación de bloques tan improbables entonces como la Unión Europea: “Territorios antes independientes, apenas aliados, con intereses distintos, distintas leyes, gobiernos autónomos y líneas aduaneras propias, se asocian y refunden en una sola nación, bajo un gobierno, una ley, un interés nacional de clase y una sola línea aduanera”.

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