martes, 17 de septiembre de 2019

Érase una vez un hombre

Carmen Posadas en su libro “Literatura, adulterio y una Visa platino” cuenta la siguiente historia que aquí relato de forma resumida:
Érase una vez un hombre llamado Albinus, que vivía en Berlín, Alemania. Era rico, respetable, feliz. Un día abandonó a su mujer por una amante joven; amó, no fue amado y su vida acabó en un desastre.

“Si no dejas hoy mismo a esa zorra, te dejo yo a ti y, entonces, adiós confortable rutina familiar, adiós a tus hijos porque me los quedo yo y a ti que te arranquen los hígados junto con la casa (un millón de euros, querido imbécil), la pensión alimenticia y, por supuesto, el Cherokee V.8, porque a ver si no cómo voy a llevar a los niños al colegio ahora que has destrozado la familia”, le dijo a Albinus su enfadada esposa.

“Este tipo está muerto. Muerto en vida, lo han matado”. Es cierto, cavila a continuación, a aquel infeliz le han sacado no solo los hígados, sino hasta la voluntad de luchar, eso sin contar la sangre de su sangre, es decir, a sus hijos.


“Te lo advierto, hasta los ojos te voy a sacar, en pelotas te quedarás como no plantes a esa furcia. ¿Cómo se llama? Adela, ¿verdad? Y le has jurado amor eterno, como el tonto gilipollas que eres. Claro que lo sé, yo lo sé todo. El que no te enteras eres tú, querido. Para empezar, a los niños no les verás ni el pelo, que lo sepas. A lo sumo podrás llevártelos al McDonald’s los sábados y luego a ver una de Disney en un minicine, que para eso eres su padre, pero del resto res de res… Eso por no mencionar la pasta gansa que voy a pedirte por el divorcio”, le dijo la mujer con la que había compartido sus años de juventud.

Resulta que todo lo logrado más el cariño de sus hijos, su casa de Madrid, también la de Menorca, el coche, la tranquilidad… todo, todo está al pairo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario