martes, 4 de junio de 2019

También a principios del siglo XX había muchos jóvenes que no veían salida


Contaba Pío Baroja que al encontrarse, a fines del siglo XIX y principios del XX, “probablemente por el vacío hecho por los políticos a todos los que no fueran sus amigos, y quizá también por la pérdida de las colonias, que, naturalmente, restringió el número de empleos en España, al verse tantos hombres en las proximidades de los treinta años sin oficio, sin medios de existencia y sin porvenir, se desarrolló, principalmente en Madrid, una bohemia áspera, rebelde, perezosa, maldiciente y malhumorada. Era lógico que así fuera; no se veía salida alguna, no había manera de resolver la existencia. La vida perezosa de noctámbulos, el pasarse horas y horas en un café maldiciendo de todo y de todos, desarrolló la golfería, y con ella, el alcoholismo, la suciedad y la falta de higiene”.

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