miércoles, 12 de junio de 2019

Los griegos antiguos habían llegado a la conclusión de que la Tierra tenía que ser esférica



Una de las contribuciones de la Grecia clásica a la ciencia fue insistir en que tras la multitud de movimientos cambiantes del mundo y de la bóveda celeste se encuentra un orden, una arquitectura cósmica que se puede describir y explicar con la ayuda de la geometría. Eratóstenes partió de la suposición de que la Tierra era aproximadamente esférica.

Aristóteles
Los griegos antiguos que habían reflexionado sobre el cosmos ya habían llegado a la conclusión de que la Tierra no sólo tenía que ser esférica, sino que además tenía que ser diminuta en comparación con el resto del universo. Aristóteles señalaba, por ejemplo, que durante los eclipses la sombra proyectada por la Tierra sobre la Luna siempre es curva, algo que sólo puede suceder si la Tierra es redonda.

Filósofos griegos propusieron argumentos adicionales a favor de la forma esférica de la Tierra, entre ellos la diferencia en el momento de la salida y la puesta del Sol en distintos países o el hecho de que los barcos se pierden en el horizonte desde el casco hacia arriba.

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