lunes, 28 de enero de 2019

Garantizar la libertad religiosa ayudaría a China a lograr una mayor cohesión, salvándola del caos. 

Dr. Josef Weidenholzer
“En China, todas las religiones son perseguidas”, es la conclusión del Dr. Josef Weidenholzer, parlamentario europeo austríaco, en un encuentro celebrado, en la sede del Parlamento europeo en Bruselas, sobre el tema “Libertad religiosa en China”. 

El encuentro llegó, entre otras,a las siguientes conclusiones:
Es evidente que el gobierno y el Partido comunista chino están abocados a desplegar una auténtica guerra religiosa para destronar al Dios de los cristianos y sustituirlo por una sumisión total al Partido comunista, condición incluida en las Nuevas normativas para mantener una religión en China. En nombre de la sinización y de la sumisión, se llega incluso a desnaturalizar una religión, convirtiéndola en un simple instrumento de apoyo colateral al Partido.
Lo que le sucede a los católicos, ocurre también en la sociedad civil y en el mundo de los negocios. En estos años, ha crecido el control ejercido sobre los medios, las redes sociales, la población, las ONG,… hasta en el mundo de los negocios se exige la sumisión al Partido, con la pena de sufrir secuestros, arrestos y condenas.
China camina impávida pisoteando los derechos religiosos, los de la sociedad civil y del comercio gracias a la indiferencia de la comunidad internacional o bien con el servilismo de muchos Estados que, en vista de las posibles y veloces ganancias con el mercado chino, hacen silencio frente a tales violaciones.

El gobierno chino no se percata de que la religión se difunde cada vez más a la par que disminuye la estima por la política del Partido, dando pie al desmoronamiento de la sociedad china, con una necesidad imperiosa de reformas políticas y económicas. Garantizar la libertad religiosa a las comunidades cristianas y a los demás credos podría ayudar a China a lograr una mayor cohesión, salvándola del caos. 

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