martes, 8 de enero de 2019

Con Reagan y Thatcher aparecieron unos líderes sin complejos frente al comunismo.

Con Ronald Reagan y Margaret  Thatcher aparecieron al frente de las democracias occidentales unos líderes sin complejos de inferioridad frente al comunismo, que recordaban en todas sus intervenciones los logros en derechos humanos, en igualdad de oportunidades, en el respeto al individuo y a sus ideas, ante el despotismo y el fracaso económico de los países comunistas. En tanto que Ronald Reagan era un extraordinario divulgador de las
Friedrich von Hayek
teorías liberales, que sin duda conocía de manera un tanto general, la señora Thatcher era más precisa e ideológica. No tenía escrúpulo alguno en decir que ella consultaba a Friedrich von Hayek y que leía a Karl Popper, al que consideraba el más grande filósofo contemporáneo de la libertad.

En cuestiones económicas y políticas Ronald Reagan y Margaret Thatcher tenían una inequívoca orientación liberal, en muchas cuestiones sociales y morales defendían posiciones conservadoras, ninguno de ellos hubiera aceptado el matrimonio homosexual, el aborto, la legalización de las drogas o la eutanasia. Para ellos la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades no significan la igualdad en los ingresos y en la renta, porque esto sólo se puede obtener en una sociedad mediante un Gobierno autoritario que iguale económicamente a todos los ciudadanos mediante un sistema opresivo, haciendo tabla rasa de las distintas capacidades individuales, imaginación, inventiva, concentración, diligencia, ambición, espíritu de trabajo, liderazgo. Esto equivale a la desaparición del individuo.

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