miércoles, 10 de agosto de 2016

El hombre está obligado a adoptar una concepción de la vida.

El hombre, un ser dotado de razón.
El hombre, un ser dotado de razón, no puede vivir en todo arbitrariamente. Está obligado en cierto sentido a vivir según una norma, a adoptar una concepción de la vida, a trazarse un fin, a establecer unos criterios de conducta y a representarse unos modelos que le ayuden a seguirlos.El hombre si no logra descubrir un objeto para su veneración, lo crea. Si no se le enseña la verdad de arriba, se enseña a sí mismo falsedades, o las aprende de sus vecinos. Si no conoce a Dios se fabricará ídolos, dice John Newman.

Cuando el hombre no cree en Dios, su Dios son las riquezas. No digo con esto que todos deseen ser ricos, sino que todos se inclinan ante el dinero. A la riqueza tributa siempre la multitud de los hombres un homenaje instintivo. Miden la felicidad por la riqueza, y por la riqueza miden, a su vez, la respetabilidad de la persona. Hay muchos, repito, que no piensan en enriquecerse, pero que a la vista de la riqueza sienten un sobrecogimiento involuntario, como si el rico hubiera de ser necesariamente bueno. Les agrada que un caballero acaudalado repare en ellos, se complacen en decir que una vez hablaron con él, les gusta conocer a los que le tratan, y haber entrado en su casa, etc.


El suyo es un homenaje desinteresado, procedente de una honrada y sincera admiración de la riqueza por sí misma,manifiesta Newman. Es un homenaje nacido de profunda fe en los bienes materiales, nacido concretamente del sentimiento íntimo de que, al margen de lo que el hombre parezca (pobre, mezquino, decrépito, vulgar, ignorante, enfermo, etc), si es rico resulta diferente a todos. Si es rico posee un don, un encanto, una omnipotencia.

El hombre si no logra descubrir un objeto para su veneración, lo crea.

Miden la felicidad por la riqueza, y por la riqueza miden, a su vez, la respetabilidad de la persona. 

profunda fe en los bienes materiales

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