lunes, 1 de enero de 2024

La minoría étnica europea más perseguida en la segunda mitad de la década de 1930 fueron los seiscientos mil polacos soviéticos

Iósif Stalin ordenó la muerte por inanición de unos cinco millones de personas


Mientras que un millón de ciudadanos soviéticos trabajaban en los campos de concentración y los asentamientos especiales soviéticos a finales de 1938, el número de ciudadanos alemanes en los campos de concentración de su país era de unos veinte mil. Teniendo en cuenta la diferencia de población, el sistema soviético de campos de concentración era en aquella época unas veinticinco veces mayor que el alemán. En aquel momento, el terror soviético no sólo era mayor en dimensión, sino que también era incomparablemente más letal. Nada en la Alemania de Hitler se acercó ni remotamente a la ejecución de casi cuatrocientas mil personas en dieciocho meses realizada en la Unión Soviética bajo la orden 00447. En 1937 y 1938, 267 personas fueron sentenciadas a muerte en la Alemania nazi, en comparación con las 378.326 sentencias a muerte sólo en la operación contra los kulaks en la Unión Soviética. De nuevo, teniendo en cuenta la diferencia de población, las posibilidades que tenía un ciudadano soviético de ser ejecutado en la acción contra los kulaks eran unas siete veces mayores que las que tenía un ciudadano alemán de ser sentenciado a muerte en la Alemania nazi por cualquier delito. Tras la purga de las cúpulas y la reafirmación de su dominio sobre las instituciones clave, tanto Stalin como Hitler llevaron a cabo limpiezas sociales en 1937 y 1938. Pero la acción contra los kulaks no fue la totalidad del Gran Terror. Esta podía considerarse, o al menos presentarse, como una guerra de clases. Pero cuando la Unión Soviética mataba a enemigos de clase también estaba matando a enemigos étnicos. A finales de la década de 1930, el régimen nacionalsocialista de Hitler era bien conocido por su racismo y su antisemitismo, pero fue la Unión Soviética de Stalin la que emprendió las primeras campañas de exterminio de nacionalidades enemigas internas.
Mientras en España el Frente Popular presentaba a la Unión Soviética como el hogar de la tolerancia, Stalin ordenaba el exterminio de varias nacionalidades soviéticas. La minoría étnica europea más perseguida en la segunda mitad de la década de 1930 no fueron los aproximadamente cuatrocientos mil judíos alemanes (cifra que iba menguando por la emigración) sino los seiscientos mil polacos soviéticos.Stalin fue un pionero de los asesinatos en masa de nacionalidades, y los polacos fueron las víctimas principales entre las nacionalidades soviéticas.
Referencia:Tierras de sangre de Timothy Snyder



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