sábado, 18 de enero de 2020

Estados Unidos glorifica y exalta al ejército



El profesor e historiador Tony Judt manifiesta que la mayoría de los estadounidenses siguen pensando que las guerras en las que ha luchado su país son buenas guerras. Estados Unidos resultó enriquecido, no empobrecido, de su intervención en las dos guerras mundiales y su desenlace; al contrario que Gran Bretaña, el otro país que salió victorioso de forma inequívoca de esas guerras, pero al precio de una ruina casi total y la pérdida del imperio. Y en comparación con los otros grandes contendientes del siglo XX, Estados Unidos perdió relativamente pocos soldados en combate y apenas tuvo bajas civiles. Por lo tanto, Estados Unidos es hoy el único país avanzado que todavía glorifica y exalta al ejército, un sentimiento familiar en Europa antes de 1945, pero hoy completamente desconocido. En Estados Unidos los políticos y estadistas se rodean de los símbolos y adornos de las hazañas de armas; sus comentaristas muestran desdén y menosprecio por los países que dudan en participar en conflictos armados. Es este recuerdo diferente de la guerra y su impacto, más que alguna diferencia estructural entre Estados Unidos y otros países por lo demás equiparables, lo que explica sus distintas respuestas a los asuntos internacionales hoy día.

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