jueves, 23 de enero de 2020

El déficit comercial es una bendición para los EE.UU.



El déficit comercial no es una cuestión de que los EE.UU. dependan de los préstamos del exterior, como los expertos proclaman a diario, sino un caso de inversionistas extranjeros que desean mantener activos financieros de Estados Unidos, escribe el economista estadounidense Warren Mosler. Para conseguir sus deseados ahorros, los extranjeros compiten vigorosamente en los mercados estadounidenses vendiendo a los precios más bajos posibles. Ellos llegan tan lejos como a forzar a la baja sus propios salarios y el consumo interno en su impulso por la competitividad, todo a nuestro favor. Si pierden su deseo de mantener dólares, los gastaran aquí o no nos venderán sus productos, en cuyo caso esto significará una posición comercial equilibrada. Si bien este proceso podría significar un ajuste en los mercados de moneda extranjera, no provoca una crisis financiera de los EE.UU. 

Warren Mosler
El déficit comercial es una bendición para los EE.UU. No tiene por qué existir un problema de puestos de trabajo asociado a ello. Añade Warren Mosler que una apropiada política fiscal siempre tiene como resultado que los estadounidenses sigan teniendo suficiente poder adquisitivo para comprar tanto toda nuestra producción y todo lo que el sector exterior desee vendernos. La política fiscal correcta trabaja para optimizar nuestra producción, el empleo y el nivel de vida, cualquiera que sea el tamaño de la brecha. 


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