sábado, 16 de marzo de 2019

Hablar de desarrollo humano significa referirse a todas las personas, no solo a unas pocas.

Los proyectos abocados al desarrollo integral también tienen necesidad de las religiones, porque el desarrollo no puede ser visto solamente en términos económicos. Es lo que ha dicho el Papa Francisco al recibir a los participantes en la conferencia internacional “Religions and the Sustainable Development Goals".

Proponer un diálogo sobre un desarrollo inclusivo y sostenible, observó el Papa, “también implica reconocer que desarrollo es un concepto complejo, que a menudo es instrumentalizado. Cuando hablamos de desarrollo siempre debemos aclarar: ¿desarrollo de qué? ¿Desarrollo para quién? Por demasiado tiempo, la idea convencional de desarrollo estuvo dedicada por entero al crecimiento económico”.


“En realidad, tal como resaltó mi predecesor, San Pablo VI, hablar de desarrollo humano significa referirse a todas las personas, no solo a unas pocas, y a toda la persona humana, no meramente a la dimensión material”. “En efecto, todo debemos comprometernos a promover y a poner en acto los objetivos de desarrollo que son sostenidos por nuestros valores religiosos y éticos más profundos. El desarrollo humano no es solo una cuestión económica o que concierne exclusivamente a los expertos, sino que es ante todo una vocación, una llamada que requiere una respuesta libre y responsable”.

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