miércoles, 11 de julio de 2018

Divide y vencerás.

 Ramón Reig
La vieja estrategia romana “divide y vencerás” sigue siendo muy útil, así como las actividades de despiste en las que el discurso oficial trata de distraer a los públicos. El catedrático de la Universidad de Sevilla Ramón Reig dice que en el “divide y vencerás” son imprescindibles técnicas como las siguientes: 

“Debilitar todos los planes de estudios. La enseñanza debe ser ante todo técnica, y cuando se trate de enseñanzas sociales y de humanidades, deben ofrecerse sin metodología sincrónica sino, sobre todo, diacrónica. De esta forma, la sociedad termina siendo acrítica. Los referentes sociales deben estar acordes con el discurso oficial o, simplemente, no deben existir como tales si son “subversivos”, sino como objetos de consumo. Por ejemplo, las camisetas con la imagen de Ernesto Che Guevara o con las siglas de la antigua Unión Soviética (CCCP). No obstante, esta estrategia no es aplicable a las universidades y escuelas de élite, en las que se educan los jóvenes destinados a formar parte de la estructura real de Poder, porque el Poder debe saber con exactitud el porqué de las cosas, es decir, las fuerzas que mueven las acciones humanas. Estimular la programación competitiva en extremo y los contenidos violentos que aumenten la tensión y la violencia (Berlusconi), Bertelsmann casi monopoliza la comunicación en Alemania. Está presente en unos 60 países
Grupo RTL
y, además, en Europa está unido al Grupo RTL y lo estuvo a Pearson, con los que ha constituido la mayor cadena de televisión privada continental. La revista Muy Interesante es un mensual que supera en España los 100.000 ejemplares de tirada (líder de ventas en su segmento) y está destinada a un público joven universitario, sobre todo. Es preciso sembrar la duda en este importante colectivo y, mucho más, la duda ecológica, ya que, como es sabido, se da en la actualidad mucha permeabilidad de los jóvenes ante los asuntos medioambientales en la sociedad”. 

“Una sociedad acrítica, fragmentada, tensa y violenta no es peligrosa para el Poder, al contrario de lo que pueda pensarse, siempre que esa violencia se mantenga en el límite deseable y no sea aprovechada por opciones políticas de extrema derecha o izquierda, opciones que, a diferencia de otros tiempos en los que eran útiles al liberalismo por la fuerza de las opciones de izquierda, en la actualidad no interesan al discurso oficial de mercado. No prescindir de programación supuestamente solidaria y emotiva centrada en desgracias acaecidas en el Tercer Mundo o en guerras, aunque éstas sean provocadas por Occidente. Al margen de su utilidad monetaria para los emisores, dicha programación sirve de catarsis y evasión social. Introducir en el debate social nuevos temas de discusión-distracción, tales como: machismo, xenofobia, homofobia, racismo, etc., todo ello de nuevo descontextualizado, pero de notable efectividad para dividir a la población y alejarla de un objetivo basado en una
casuística común a estos nuevos problemas del XXI. Es conveniente incluso que los medios de comunicación de referencia lapiden metafóricamente y condenen a aquellas personas a las que consideren xenófobas, etc. Esto aumentará el debate, la distracción y la división social, en definitiva. Una actuación similar a la que hace tiempo que la practican los medios de comunicación del grupo PRISA (socialdemócrata conservador). Llevar a efecto una dinámica mensajística consistente en: de puertas adentro (información nacional), los mensajes deben estar sobre todo relacionados con sucesos de sangre y con batallas políticas, más algún caso de corrupción controlable (huir, por tanto, de llegar demasiado lejos en casos como el GAL que obliguen después a correr un tupido velo). De puertas hacia fuera (información internacional), vale lo anterior completado con otros temas muy actuales: trata de blancas, explotación de niños, drogas en general, medio ambiente, dictadores enemigos de Occidente. Se trata de que todo suceda “por ahí” y de ver la paja en el ojo ajeno en lugar de la viga en el propio. Porque en Occidente no pasa nada y, si pasara, deben aplicarse las técnicas antes descritas”.

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