viernes, 13 de junio de 2025

La concepción nacionalista en España proviene de la lucha contra las tropas napoleónicas

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A pesar de que es imposible fechar de forma exacta el momento en el que los habitantes de una nación adquieren la concepción nacionalista moderna de la misma, podemos convenir que el despertar de este sentimiento en España proviene de la lucha contra las tropas napoleónicas en la guerra entre 1808 y 1814. La invasión francesa supuso la unión y movilización de un importante sector de la población y favoreció un proceso de revolución liberal que acabaría desembocando en la Constitución de 1812. Esta constitución establecía que la soberanía recaía sobre la nación española, y reconocía a España como una entidad nacional, constitucional, parlamentaria y católica. Así, se daba forma legal al concepto de España como nación.La guerra de 1808 comenzó a llamarse guerra de la Independencia, se erigieron numerosos monumentos conmemorativos y se proclamó el 2 de mayo como festivo nacional. La literatura también contribuyó a conformar la identidad nacional española. El pueblo como entidad se convirtió en el principal protagonista de las obras literarias y académicas con el fin de subrayar la continuidad histórica del mismo.
La visión conservadora del nacionalismo español compitió con el pensamiento liberal durante todo este período. También tiene sus orígenes en la guerra de Independencia, en la que los partidarios del Antiguo Régimen definieron la nación como intrínsecamente católica y procuraron la movilización del pueblo contra el invasor partidario del ateísmo. Los absolutistas y, tras el fallecimiento de Fernando VII, los carlistas, consideraban que las liberales eran ideas antiespañolas que se oponían a las tradiciones de la nación.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX los conservadores se dieron cuenta del poder movilizador del nacionalismo, por lo que potenciaron una versión tradicionalista de la patria en la que la unidad católica era el fundamento de la nacionalidad española. Durante el período de la Restauración, entre 1874 y 1923, el sector más conservador del liberalismo defendió una concepción étnica semejante de la nación española comprendida dentro de un sistema liberal monárquico. Cánovas del Castillo concebía la nación como un sistema biológico con su propio carácter, moldeado durante los siglos a través de la tradición y la cultura. Siguiendo las ideas liberales moderadas, defendían el fin de los privilegios regionales herederos de la Edad Media y pretendían la unificación legislativa y la centralización de la administración estatal, como así mostraron sus políticas durante el último cuarto del siglo XIX.
Referencia: Breve historia de los nacionalismos (Iván Romero)

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