miércoles, 26 de febrero de 2025

La misión más importante de una civilización es transmitir a sus hijos un patrimonio

La misión más importante de una civilización es transmitir a sus hijos un patrimonio, queda a cargo de estos últimos rechazar, dilapidar o hacer fructificar esa herencia. Cuando en la noche de Pascua, un joven israelí interroga de manera ritual a los adultos que lo rodean sobre el sentido del rito que se celebra, estos le responden, de un modo no menos ritual, con el relato de la liberación del pueblo judío de la esclavitud egipcia. Este hecho, expresado de un modo sobrecogedor durante la cena pascual del judaísmo, constituye el acto fundamental de la educación. No fue por casualidad que Pol Pot, en Camboya, quisiera arrancar radicalmente a los jemeres de su pasado, sabía lo que se hacía. De este modo, sin esas preguntas del discípulo al maestro, sin la transmisión de los maestros a los más jóvenes, deja de subsistir la civilización y solo queda la barbarie.

Referencia: Toda la historia del mundo (Jean-Claude Barreau;Guillaume Bigot)

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