miércoles, 19 de mayo de 2021

Las desigualdades entre las mujeres y los hombres en materia de salud


Un estudio reciente realizado en Suiza manifiesta las desigualdades que se dan entre las mujeres y los hombres en materia de salud. Las mujeres que sufren un infarto tienen más riesgo de morir que los hombres; los varones cuando están deprimidos se suicidan más. Estos son solo dos ejemplos que muestran que, en cuestión de salud, las mujeres y los hombres se enfrentan a realidades diferentes. Según la última Encuesta de Salud Suiza  las mujeres viven de media cuatro años más que los hombres, pero sus indicadores de salud general son peores. Hay más mujeres que hombres que padecen, como mínimo, una enfermedad crónica o un problema de salud de larga duración, que declaran una falta de energía generalizada o que sufren trastornos del sueño o malestar psicológico.


Las mujeres declaran tener más dolor crónico y son las mayores consumidoras de analgésicos. Desde el punto de vista biológico, algunos analgésicos pueden ser menos eficaces para las mujeres. Además de la cuestión de los ensayos clínicos en grupos de hombres, hace poco se ha demostrado que pueden activarse diferentes circuitos para producir y controlar el dolor. También se plantea la hipótesis del factor social. “Las mujeres han aprendido a expresar el dolor más fácilmente que los hombres, por lo que les resulta más sencillo consultar cuando les duele”, señala el estudio. Sin embargo, las mujeres, en general, reciben dosis más bajas de analgésicos que los hombres. Incluso, de ansiolíticos. “Hay muchos ejemplos de subestimación o normalización del dolor en las mujeres”, reconoce  la investigadora Carole Clair.   


Otra disparidad es la relativa al peso. Hay más hombres que mujeres con sobrepeso u obesidad. El peso puede estar relacionado con la predisposición genética, pero también es resultado de la actividad física, la dieta y el comportamiento social. En general,las mujeres prestan más atención a su alimentación. También están más insatisfechas con su peso que los hombres. Esta discrepancia podría entenderse por el fuerte factor social que exige a las mujeres estar delgadas, señala Joëlle Schwarz.  

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