viernes, 19 de febrero de 2021

Los bloqueadores de la pubertad son un experimento desgarrador y físicamente destructivo



The Mail on Sunday ha publicado lo que ha calificado de “pruebas impactantes” sobre la medicina transgénero que han llevado a un juez del Tribunal Superior a prohibir que se prescriba bloqueadores de la pubertad. La clínica Gender Identity Development Service (GIDS) de Londres comenzó a recetarlas a menores de 16 años en 2011. En diciembre, la clínica se vio obligada a dejar de hacerlo después de que el Tribunal dictaminara que era “muy dudoso” que los jóvenes pudieran dar su consentimiento una vez informados. 




Los médicos testificaron que había un “número desproporcionado” de niños de todo el mundo que reclamaban identidades trans que estaban bajo cuidado, eran adoptados, autistas, anoréxicos o tenían enfermedades psiquiátricas o mentales. Las pruebas incluyeron el testimonio de docenas de mujeres jóvenes que afirmaron que sus vidas habían quedado arruinadas por los tratamientos de cambio de sexo. El profesor Stephen Levine, experto estadounidense en el campo del tratamiento de género, declaró que “no había ningún otro campo de la medicina en el que se ofrecieran intervenciones tan radicales a los niños con una base de pruebas tan pobre”. También afirmó que el tratamiento se llevaba a cabo en un “contexto tan tóxico y febril que las voces críticas y cautelosas son rechazadas a gritos por ser transfóbicas, odiosas y por participar en una terapia de conversión”. “Este clima ha creado un entorno intimidatorio y hostil en el que el silencio y la aquiescencia son la consecuencia inevitable. Se nos deja a los que estamos al final de nuestras carreras, que no tenemos nada que perder, expresar nuestras preocupaciones”.


bloqueadores de la pubertad


El psiquiatra sueco Christopher Gillberg declaró que “con el uso de bloqueadores de la pubertad estamos utilizando una poderosa medicación que altera la vida de un grupo vulnerable de adolescentes y niños basándonos en una creencia”. La baronesa Nicholson, miembro del Partido Conservador y antigua directora de Save The Children, declaró al Mail on Sunday: “Los bloqueadores de la pubertad son un experimento desgarrador y físicamente destructivo para niños y niñas inmaduros. Impiden el desarrollo normal en favor de una vida dolorosa y un futuro estéril: el Servicio de Salud nunca debería haber permitido un uso a partir de tan pocas investigaciones del dinero público en una cirugía irremediable en cuerpos sanos“.

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