jueves, 9 de diciembre de 2021

El padre de la mentira

El diablo no ha creado un segundo mundo, sino que opera como un parásito sobre el que ha creado Dios. Se trata del mismo mundo, pero hechizado, y el es el príncipe de este mundo imaginario, porque solo existe a través de nuestros ojos, convicciones y pasiones. Por esta razón las cosas a las que estamos encadenados son irreales, pero las cadenas que nos atan a ellas son muy reales, dice el escritor rumano Nicolae Steinhardt.

Y añade Steinhardt que el diablo solo nos puede ofrecer lo que posee, es decir la ilusión. Mientras nuestra relación con esta ilusión o con este fantasma esté fundada en nuestro acto de adhesión, él mantiene su palabra, da lo que ha prometido. Pero en el momento de la muerte, o de un estremecedor arrepentimiento, o de cualquier otra ocasión de balance, cuando nos vuelven a llamar a la realidad, está claro que el trato “se liquida” y se comprueba que la aportación diabólica es meramente ilusoria, un simple reflejo en el espejo….. El padre de la mentira solo tiene poder sobre la imagen desviada, sobre el error y la esencia corrupta. Es el principio del terror, porque es terrible ver que, de hecho, estas encerrado y contratado (contratado quiere también decir reclutado y a sueldo como un criado) en una inmensa construcción quebradiza, errónea, que ha de derrumbarse necesariamente como un castillo de naipes.

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