martes, 29 de diciembre de 2020

La pesca intensiva y la pesca ilegal penaliza a los verdaderos pescadores



Los gobiernos deberían aprobar legislaciones "para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los pescadores y sus familias y redoblar su  lucha contra el trabajo forzoso y la trata de personas”, manifiesta el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson. La pesca, dice el cardenal, emplea a unos 59,5 millones de personas. Uno de cada dos trabajadores en el sector pesquero es mujer.


La pesca intensiva y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, prácticas que todavía se llevan a cabo en distintos lugares del mundo, bajo cualquier pabellón, y que son perpetradas, con frecuencia, por grupos que cuentan con poderosas flotas y mejores recursos. Violan las leyes y las normativas internacionales y nacionales. “Esto penaliza a los verdaderos pescadores y a las comunidades pesqueras, que tienen que hacer frente a una competencia desleal y ver como se agotan las poblaciones de peces a un ritmo que provoca que éstas no tengan tiempo de regenerarse. Se trata de una práctica que no es sostenible y que implica una disminución de las reservas pesqueras y una reducción de la capacidad de producción en el futuro”.


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